A diez meses de su desaparición
La familia del testigo que desapareció después de declarar contra Etchecolatz habló sobre el encuentro con el gobernador. Pidieron que no se abandone el caso. Volverán a difundir fotos del albañil.
Por Adriana Meyer
Los ojos de Irene de López decían todo lo que callaba. “Ustedes del gobierno tienen que impedir que el caso se enfríe”, imploró Ruben López, uno de los hijos del testigo que desapareció hace 10 meses tras dar su testimonio en el juicio contra el represor Miguel Etchecolatz. La familia de este albañil de 77 años, secuestrado por primera vez en la dictadura y sobreviviente de los campos de exterminio, pidió una reunión con el gobernador bonaerense, Felipe Solá, en la que le expresó su malestar por el olvido público en que cayó el caso y la necesidad de reactivar la búsqueda por parte del Ejecutivo provincial. Ante ellos, Solá prometió hacerlo y les anticipó que aumentará el monto de la recompensa que se ofrece a cambio de información sobre López, que actualmente es de 400 mil pesos. El gobernador aclaró que lo hará previa consulta con el juez que investiga el caso. Página/12 pudo saber que el magistrado apoya la iniciativa. Ayer hubo nuevas movilizaciones por López (ver aparte).
“Hicimos una serie de planteos a Solá y queremos reafirmar el pedido a toda la gente, que no se olvide que seguimos buscando a mi papá, que es lo fundamental que vinimos a pedir”, dijo el hijo de López al salir de la reunión en la gobernación bonaerense.
“Anoche (por el martes) me reuní con la familia López y necesito consultar al señor juez de la causa para, coordinadamente con su opinión, atender a un requerimiento que nos plantearon y que nos parece bastante coherente, de hacer una nueva movida sobre la búsqueda de Jorge Julio López con otras fotos y también aumentar la recompensa”, indicó Solá. “Esto no significa que la gente común se vaya a mover más, sino que tal vez alguna gente no tan común pueda empezar a moverse”, agregó en tono enigmático y sin dar detalles. Además, hizo mención a la elaboración de un decreto “que establece una medida muy fuerte donde le pido ayuda a toda la comunidad, a los taximetreros, a los remiseros y a tantos otros que están en la calle para que pongamos de nuevo las fotos” del testigo y querellante en la causa Etchecolatz. “Vamos a poner dos fotos, una con gorra y otra sin gorra, y vamos a hacer un intento muy fuerte para que la gente que ya no busca vuelva a hacerlo como lo hizo hace algunos meses atrás”, explicó. Respecto del incremento de la recompensa para quien aporte información que permita dar con su paradero, el gobernador dijo que consultará al juez federal Arnaldo Corazza “porque esto no tiene que interferir con las líneas de investigación, que son interesantes, sensatas y prometedoras”. Una alta fuente judicial evaluó ante Página/12 que si la recompensa subiera a 800 mil o un millón de pesos podría quebrar el pacto de silencio que, según cree, tendrían los secuestradores de López.
La nueva implementación de la recompensa incluirá la reserva de identidad del informante. “Vamos a garantizar la reserva hasta el momento del pago. Mucha gente hace denuncias, dan posibles pistas que han fracasado, pero algún día una de ellas va a ser fértil y nos llevará a saber qué pasó, dónde está y lo encontraremos, pero ustedes (por la prensa) nunca van a saber de dónde surgió esa pista y esa gente va a recibir una recompensa fuerte”, aseguró. Por otra parte, Solá elogió la tarea del juzgado y comentó que los familiares también piensan que Corazza está realizando “una buena tarea”, en sintonía con lo expresado por el abogado de la familia López, Alfredo Gascón Coti. “Una cosa son los avances públicos que puede tener una investigación y otra son los avances judiciales. Es una causa que sigue en pleno progreso y, desde nuestra óptica, es una investigación muy prolija, muy bien encaminada y creemos que va a tener resultados satisfactorios”, precisó Gascón.
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