Palabras de Victoria Donda en desafuero a Patti



"Quisiera hablar sobre la justicia y sobre la impunidad, que es de lo que en definitiva estamos hablando hoy. Porque cuando hablamos del juicio al torturador y asesino Patti no estamos hablando sólo del castigo a los crímenes que él cometió."


Señora presidenta: hoy hemos estado debatiendo ampliamente sobre la oportunidad o el mérito de otorgar el desafuero que es solicitado por la Justicia a Luis Abelardo Patti.
Yo no quiero referirme a las argumentaciones legales, jurídicas, a las consideraciones de orden constitucional sobre las cuales se ha vertido suficiente saber y conocimiento, en mucha mayor profundidad de lo que seguramente yo pueda opinar.
Quisiera hablar sobre la justicia y sobre la impunidad, que es de lo que en definitiva estamos hablando hoy. Porque cuando hablamos del juicio al torturador y asesino Patti no estamos hablando sólo del castigo a los crímenes que él cometió. Hablamos también de los miles de asesinados, torturados y desaparecidos que no tendrán derecho a que sus victimarios sean juzgados. Hablamos de esas madres y abuelas de Plaza de Mayo que nunca van a ver a los victimarios de sus hijos presos gracias a una impunidad estructurada por el Estado desde el día en que ellos violaron la Constitución Nacional, pero luego valiéndose de herramientas democráticas construyeron un muro de impunidad para que las víctimas y el pueblo nunca puedan tener justicia.
Desde este lugar y con todo el respeto que mis colegas merecen, también quiero hacer un llamado a los diputados presentes, porque creo que hoy tenemos la responsabilidad histórica de rescatar lo mejor de este recinto y no lo peor, ya que aquí también se votaron las leyes de obediencia debida y de punto final, lo que no debemos olvidar.
Creo que no debemos repetir la historia. Estoy seguro de que la justicia va a brillar en la decisión que definitivamente vamos a tomar. Se trata de una decisión que estará contra la impunidad que tratan de imponernos.
La impunidad de Patti se refiere también a la impunidad de la estructura de la policía de Camps, conocida como la "maldita policía", quienes durante la dictadura desarrollaron una extensa organización criminal desde la cual cometieron no solo miles de asesinatos políticos, sino también violaciones, robos, apropiación de menores, secuestros extorsivos y otros miles de crímenes.
Una vez terminada la dictadura, siguieron cometiendo delitos gracias a la impunidad surgida desde las mismas estructuras de la policía o de la vida civil. Por eso, cuando hablamos de Patti y de los represores de la policía de Camps, hablamos también de la impunidad que permitió la constitución de organizaciones criminales que hoy –no ayer- siguen cometiendo robos comando, narcotráfico, trata de personas y secuestros extorsivos. En fin, se trata de las mismas prácticas que aprendieron en la dictadura. (Aplausos.)
Por eso, cuando hablamos de la impunidad de Patti también estamos hablando de la inseguridad a la cual es sometido hoy nuestro pueblo.
Creemos profundamente que Arosti, Juan José Fernández, los hermanos D'Amico, Carlos Souto, Gastón Goncalvez, Muñiz Barreto, Cambiasso y Pereyra Rossi merecen justicia. También la merecen los miles de asesinados por la policía de Camps, los miles de desaparecidos en todos los campos de concentración de nuestro país y los pibes asesinados por el "gatillo fácil" por su condición de pobres. Ellos merecen justicia, y no nos olvidemos de María Soledad Morales, que el torturador intentó cubrir con un manto de impunidad a solicitud de su amigo Menem.
También solicitamos justicia para las miles de víctimas de la llamada delincuencia organizada, que sufre hoy nuestro pueblo. Se trata de la delincuencia organizada por la mano de obra desocupada de la dictadura, que quedó impune por las leyes de obediencia debida y de punto final y por los indultos. (Aplausos.)
Por todas estas víctimas espero que demos un nuevo paso muy importante. En la comisión donde se consideró hoy el tema, el diputado Rossi señalaba que era un buen día, porque íbamos a dar un paso que permitiría el desafuero de Patti. Se trata de un nuevo paso en nuestro camino de construir justicia.
En este día, que para mí es muy importante, quiero terminar estas palabras dando voz a una de las voces que creo que es la más importante para escuchar en el recinto. Le solicité a uno de los hijos de las víctimas del asesino Patti que escriba algo. Para mí es un amigo y un hermano; se llama Manuel, nieto recuperado e hijo de Gastón Goncálvez, querellante de la causa.
Estas son las palabras que él les dedicó a todos ustedes: "Quiero aclarar que la causa judicial que investiga el secuestro, las torturas y el asesinato de mi padre, Gastón Goncálvez, se inició en octubre del año 2004, momento en el cual no había discusión alguna sobre una banca de diputado, ya que ni siquiera existía candidatura por parte de Luis Abelardo Patti.
"Durante el transcurso de esta causa hemos hecho todo dentro de la ley y tuvimos que enfrentar batallas muy difíciles, porque sin duda Patti no es un personaje cualquiera. En el medio, mientras batallábamos judicialmente, hemos presentado impugnaciones a su candidatura y fueron rechazadas por la Justicia. Espero que este caso sirva como precedente y dé impulso a la sanción de una ley que establezca que las personas que estén acusadas de haber cometido delitos de lesa humanidad no pueden ocupar cargos públicos. Así nuestro país estaría respetando realmente los derechos humanos y los tratados internacionales que suscribe.
Recuerdo que en los comienzos, en nuestros primeros pasos por Escobar buscando testigos, nos sorprendíamos al descubrir la cantidad de hechos en los que Patti estaba involucrado y las numerosas pruebas en su contra, que derivaron en los actuales procesamientos por delitos gravísimos, desde privaciones ilegítimas de la libertad, allanamientos ilegales y aplicación de tormentos hasta el más grave, el homicidio agravado, del cual fue víctima mi padre. Muchos de estos hechos recién salieron a la luz después de la detención del genocida Patti porque ese fue el comienzo de la caída de un ícono de impunidad al que mucha gente le tenía miedo.
Durante el proceso de más de tres meses en la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento de esta Cámara, y en momentos en que se discutía si debía o no asumir la banca, muchos de los valientes testigos que ya habían dado su testimonio en el juzgado federal tuvieron que declarar nuevamente ante los diputados. Uno de ellos era Luis Gerez, a quien vi muy afectado después de declarar en la comisión. Le pedí disculpas porque sentía que lo había hecho revivir los momentos más duros que pasó en su vida, pero él me contestó que estaba agradecido porque por primera vez en treinta años le habían dado la oportunidad de ser escuchado. Hoy estos testigos siguen a nuestro lado y necesitan la protección que sólo la democracia debe y puede brindarles desde sus instituciones. No es un dato menor que en esta causa la mayoría de los testigos sufrieron amenazas e intimidaciones.
En estos días de injusta libertad tuve que escuchar decir a quien está acusado de haber asesinado a mi padre que no entiende por qué aparecen testimonios después de tantos años. Evidentemente Patti está omitiendo el contexto de impunidad en el que vivió nuestro país durante estos treinta años, cuyo Pilar esencial fueron las leyes de obediencia debida y de punto final, que le permitieron eludir a la Justicia.
Quiero decir que en estos momentos recuerdo a mi abuela, quien me encontró después de buscarme durante diecinueve años. Ella, como todas las madres y abuelas de Plaza de Mayo, jamás bajó los brazos, pero con la experiencia de tantos años de impunidad sentía que era muy difícil llegar a ver a Patti en prisión. Lamentablemente mi abuela murió hace unos meses y no pudo ver a Patti preso ni la llegada de la Justicia. Vivió sus últimos treinta años con el dolor indescriptible de tener a su hijo y a su nuera desaparecidos y de ver que sus asesinos gozaban de impunidad.
Mi familia, como la de Juana, Diego y Antonio Muñiz Barreto, y todas las víctimas de Patti, fue afectada en cuatro generaciones: la de mis abuelos, la de mis padres, la de mi hermano Gastón y la mía, y la de mi hija y mis sobrinos. Pero nuestra lucha no es sólo por nuestras familias sino por toda la sociedad, que fue afectada en su conjunto por el genocidio.
Por eso, por los treinta mil compañeros desaparecidos y las futuras generaciones, espero que por unanimidad esta Cámara dicte una resolución ejemplar que nos lleve hacia el juicio y castigo a Patti, pero que también colabore con la claridad del mensaje en el juicio y castigo a todos los responsables de la última dictadura para poder construir un país en serio que me permita contestarle a mi hija cuando me pregunta por qué el asesino de su abuelo está en televisión y libertad en vez de estar en una cárcel.
Por más dificultades que se nos presenten no dejaremos de luchar por el fin de la impunidad y por el juicio y castigo a los culpables. Que nunca más las instituciones democráticas puedan ser utilizadas para proteger a genocidas del accionar de la Justicia. ¡Manuel Gonçalves!

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