Homenaje a las Madres de la Plaza 25 de mayo para el acto del 24 en el Monumento

Queridas Madres de la Plaza 25 de Mayo de Rosario, los organismos de derechos humanos, queremos hoy iniciar este acto rindiéndoles un merecido homenaje junto al pueblo de Rosario, que año a año se suma en mayor número a esta lucha que las tiene a ustedes como una de sus iniciadoras. Son tantas las enseñanzas que nos han dejado en este largo camino del Juicio y Castigo a los genocidas, que no hay manera de sintetizarlas en un simple texto de agradecimiento.
Porque lo que queremos hacer con estas pocas líneas, es decirles gracias, muchas gracias queridas viejas; por enseñarnos que la única lucha que se pierde es la que se abandona; por mostrarnos que el objetivo es no detener la marcha y caminar con otros, más allá de sus identidades políticas, siempre y cuando levanten la bandera de los desaparecidos; por darnos el ejemplo de que la justicia es una construcción social. Y por seguir eternamente con la ronda, hasta poner las cosas en su lugar, hasta la victoria, hasta llevar a los genocidas a donde les corresponde: que es la cárcel.
No sólo los organismos les agradecemos, porque en la historia de nuestro pueblo ya son de todos las herramientas de lucha que ustedes nos ofrecen. Nuestro pueblo ya no puede olvidar, nuestro pueblo ya perdió el miedo, nuestro pueblo ya no se queda quieto, ni en silencio. Ese es un poder inmenso que ustedes aportan desde hace años, tan inmenso como el dolor de una madre que no se frena ante ningún obstáculo tras las búsqueda desesperada de sus hijos. Así de inmenso e incontenible. Y tan poderoso desde que ese dolor individual se sublimó políticamente en lucha colectiva y se sintetizó en sus pañuelos blancos.
Estamos acá, en este Monumento, y en esta hora de juicios y sentencias a los genocidas, en gran medida por esa lucha iniciada por ustedes, y de la que también fueron parte los primeros organismos de derechos humanos como Familiares, APDH, el MEDH, la Liga.
No hay mejor homenaje para las Madres, y más para estas que fueron paridas por su propios hijos, que reivindicar a los desaparecidos y a sus compañeros sobrevivientes, que hoy son quienes sostienen con sus cuerpos los juicios a los genocidas en este proceso de condenas.
Hoy volvemos a encontrarnos miles de personas, transitando el camino de la memoria, en la búsqueda de la verdad y luchando por la justicia. Esta memoria que nos hace tener presentes a todos nuestros compañeros, a esa generación de valientes que luchando por sus convicciones dieron hasta la vida; esa generación que reivindicamos plenamente de la que nos sentimos orgullosos y representados; la que forma parte de la historia argentina y del mundo como un ejemplo para todos los jóvenes y para el futuro.
Esa generación que lucho por un proyecto de país libre y soberano en una Argentina asolada por más de 50 años golpes de Estado, maquinados y llevados adelante por intereses foráneos, pero ejecutados por los cipayos y traidores de turno, los que siguen presionando hoy a la democracia con una vocación destituyente; son los mismos que se sienten representados con la prensa del grupo Clarín, en manos de este personaje siniestro llamado Magnetto, responsable de la compra espuria de papel prensa. Esa misma prensa que osó ponerle el mote de locas a ustedes, mientras convalidaba los crímenes del terrorismo de Estado en favor de los monopolios económicos y la oligarquía terrateniente, representada por la sociedad rural, con la participación de la iglesia católica Argentina, que aun hoy no quiere entregar los archivos secretos de la represión, que fueron dados en custodia por los generales de la dictadura.
Queremos rendirles un profundo homenaje a nuestras queridas compañeras que fueron secuestradas estando embarazadas, esas jóvenes Madres a quienes también les arrebataron el más preciado tesoro, que son los hijos, como botín de guerra, conjuntamente con jueces participes de la barbarie, para cambiarles su identidad.
También queremos homenajear al compañero Julio López, seguimos esperando que desde el gobierno nacional se den respuestas sólidas y concretas por su desaparición en plena democracia. Como también saber seriamente de la causa del asesinato de nuestra compañera Silvia Suppo, que pone de relieve como siguen subsistiendo de forma activa grupos vinculados a lo más oscuro de nuestra historia. Y revisar las profundas falencias existentes en las políticas públicas desarrolladas para custodiar y salvaguardar a los testigos y querellantes en los juicios a los represores.
Esto da cuenta de la distancia que aun mantiene el gobierno provincial con relación a las políticas de derechos humanos implementadas a nivel nacional, tantas veces exigidas por los organismos de derechos humanos. Uno de los mejores homenajes para nuestras Madres, sus hijos y los organismos fue la implementación de políticas de derechos humanos asumidas desde el mismo Estado, expresadas en la anulación de las nefastas leyes de impunidad que favorecieron nuestra histórica lucha.
Queremos hacer nuestras las palabras de tantos sobrevivientes que declararon en el juicio Díaz Bessone, cuando señalaron: No somos víctimas, somos sobrevivientes y hermanos en la lucha revolucionaria, que llevaron adelante nuestros 30.000 compañeros, que vivieron y murieron para que la patria viva.
Falta mucho por hacer, indudablemente grandes bolsones de impunidad quedan en el camino. Lo destacable es que los sobrevivientes, los familiares y fundamentalmente las Madres siempre pidieron justicia. Falta llevar a juicio varias causas, como la que se iniciará en julio por la masacre de calle Juan B Justo de San Nicolás y que se juzgará en Rosario, como la llamada causa de los trabajadores, que centra su investigación en lo ocurrido en el cordón industrial, y como la del centro clandestino La Calamita, entre otras tantas. Ese es el gran desafío para los años venideros, qué nos encontrará recorriendo el tribunal y las calles como siempre con nuestros abogados, quienes instrumentarán los reclamos de JUICIO Y CASTIGO.
Una vez más decimos, a nuestras queridas Madres de la plaza, que todos los que estamos en este Monumento nos sentimos sus hijos, que somos hermanos y compañeros de los 30 mil desaparecidos, y que no tenemos ninguna duda de que son las Madres de todo el pueblo.

Queremos un aplauso interminable para todas las Madres que ya no están físicamente, pero que sabemos que están presentes con nosotros, ahora y siempre!

María Rosa White
Elena Belmont
Darwinia de Galicchio
Elida de López
Elisa Medina
Nelida de Moro
Nelly Galazzo
Blanca Potti
Laura Fernández de Tasada
Nelma de Jalil
Irma Molina
Esperanza Labrador
Francisca Acosta
Haydée de Garat
Mary Pratt
Nelly Huarque

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