A 32 AÑOS DEL GOPE GENOCIDA




Texto redactado por Madres de Plaza 25 de Mayo e H.I.J.O.S



A 32 AÑOS DEL GOPE GENOCIDA



A 18 MESES DE LA DESAPARICIÓNDE JORGE JULIO LOPEZ

Han pasado 32 años del golpe cívico militar más sangriento que hemos tenido que soportar los argentinos, y luego de tantos años de andar, de rondas, de marchas, de encuentros, de represiones, de escarches, de retrocesos y avances; hoy podemos decir que este día ya no pertenece a un grupo social en particular, sino que el pueblo en su gran mayoría ha convertido la memoria de los 30.000 desaparecidos en una de sus más indiscutidas banderas de lucha.
Ese golpe, que instaló el terrorismo de estado como metodología para la “reorganización” de nuestro país, tuvo objetivos claros: poner a la nación de rodillas ante las potencias del mundo, barrer las conquistas sociales, desarticular a las organizaciones gremiales, políticas, campesinas, juveniles. La dictadura fue producto de una estrategia integral y sistemática. Contó con la participación necesaria y la complicidad de sectores empresariales, económicos, sindicales y de la cúpula de la iglesia.
En los 60 y 70 la argentina vivía un proceso de participación masiva del pueblo en todas las dimensiones de la sociedad donde se decidía que modelo de país se quería para el futuro y para el día a día. Esta participación había nacido como resistencia a las distintas dictaduras que usurpaban el poder desde medidos del 50, y se amplió con la incorporación de los jóvenes a las luchas políticas.
En toda sudamérica corría el sentimiento y la convicción de que la organización popular era la herramienta para transformar las estructuras sociales de dominación y crear una sociedad solidaria y con justicia social. Las organizaciones populares se desarrollaban en todos los ámbitos: laboral, estudiantil, vecinal, religioso. Con distintas ideologías, identidades y diferencias en sus métodos de acción, pero con la convicción compartida de que un futuro de justicia e igualdad se debía construir con compromiso militante; compromiso cotidiano que cada uno llevaba adelante pensándose unido a otros miles de compañeros en un sueño común y al alcance de la mano.
La versión de la historia impuesta por los genocidas, convirtió esas experiencias sociales y políticas de nuestro pueblo, en un cuento de tiempos violentos con malos de izquierda y malos de derecha, bajo la absurda teoría de los dos demonios; ocultando así que el único verdadero demonio fue la violencia oligárquica contra las expresiones políticas de un pueblo que nunca resignó sus conquistas, a pesar de que lo bombardearan, lo fusilaran o lo desaparecieran. La dictadura tuvo como objetivos principales aniquilar nuestra capacidad de organización como pueblo, para imponer el despojo económico de las mayorías y el sometimiento de nuestro país al imperialismo. Nos desaparecieron a los compañeros y luego nos quisieron extirpar la memoria de sus experiencias militantes.
Cuando la dictadura retrocedía a más no poder, los milicos se meten con el legítimo reclamo de Malvinas. ¿Qué vamos a decir que no hayan contado nuestros queridos veteranos y ex combatientes?, que defendieron con su vida la soberanía nacional contra el imperialismo inglés, a pesar de la sangrienta dictadura que en ese momento oprimía al pueblo argentino.
Las leyes de impunidad y luego los indultos intentaron dar por cerrada toda posibilidad de juzgar a los culpables de desapariciones, torturas, violaciones, responsables de la entrega de la nación y la deuda externa. Junto a la impunidad crecía la desindustrialización, la desocupación, la desnutrición infantil, la desesperación de miles de hogares, la fragmentación y la violencia social; se destruyó el sistema de salud, la contención social del estado; apareció el "gatillo fácil" y la superpoblación de cárceles. Pero lentamente fuimos recuperando nuestra capacidad de reacción como pueblo, y el repudio al golpe empezó a ser multitudinario, al mismo tiempo que crecía la manifestación de los excluídos, la organización de los desocupados y saqueados que el modelo económico generaba.
La lucha por juicio y castigo, creció de la mano de la lucha por dignidad y trabajo de un pueblo que volvía a reclamar para si las calles y la historia. No es casualidad que la derogación de las leyes de impunidad ocurriera luego del golpe mortal al neoliberalismo que fue diciembre del 2001. Volvimos a ser un pueblo que leía su historia para pensar su presente, y la posibilidad de juzgar a los genocidas renació en ese presente de lucha. "Juicio y castigo" fue la consigna histórica de las organizaciones como las Madres y Abuelas, Familiares, la Liga Argentina por los derechos del hombre, el movimiento ecuménico por los derechos humanos, APDH, SREPAJ, H.I.J.O.S. y un sinnúmero de organizaciones gremiales, sociales, políticas y culturales. Pero otros sectores también la hicieron propia y sumaron sus fuerzas a ese reclamo, hasta construir un consenso amplio que se manifiesta cada año en este monumento.
Ese compromiso de distintos sectores es lo que hace posible llevar adelante los juicios contra los genocidas en la actualidad y nos permite afirmar que aquella consigna no alude solamente al reclamo de justicia por los crímenes perpetrados, también implica un debate colectivo sobre el modelo económico, social y cultural que la dictadura inauguró. El juzgamiento de los ejecutores del genocidio conlleva una construcción social que reflexione sobre la herencia de fragmentación social, concentración económica y desmantelamiento del Estado que trajo aparejado.
La realización efectiva del juicio y castigo es indispensable en el camino de reconstruir proyectos colectivos, de participación, de recuperación de sueños y esperanzas de un futuro justo y solidario; con trabajo, salud, educación y vivienda dignos para nuestros pibes, para nuestros viejos y para nuestro pueblo. Así lo soñaban los 30.000 desaparecidos, así los seguimos soñando nosotros.

¡Cárcel Común a los genocidas!

¡Unificación de las causas para que los Testigos no sufran la tortura psicológica de declarar tantas veces!

¡Por la aceleración de los Juicios y la conformación de los Tribunales Orales!

¡Restitución de la identidad de los niños, hoy jóvenes, apropiados por la dictadura!

¡Juicio y Castigo!

Comentarios

John Galt dijo…
excelente lo expuesto, difiero un poco en el tema economia, no la de la dictadura sino en la ideologia economica. pero lo expuesto es apreciable.
tambien difieron en lo de juicio y castigo. prefiero la frase de juicio y justicia, castigo me parece una frase que se aleja de la justicia imparcial.
John Galt dijo…
hola, queria informacion si es que saben algo, de una manifestacion que han hecho en la casa de la madre del acusado de represor "barba" cabrera.... espero no hayan sido ustedes, ya que despues del post en aniversario del golpe considero que en ustedes prima la cordura y el discernimiento correcto. pero me parece uqe ir a molestar asi a una pobre mujer que no es culpable de lo que haya hecho el hijo, es como si iriamos a manifestarnos en al casa de victoria donda, porque su tio tambien esta acusado de represor....
creo que seria bueno que se emita una nota no se si en repudio (ya que dicha palabra suena fuerte) pero al menos ne disconformidad con al forma de actuar, se muy bien que cabrera esta profugo, pero creo que si es por eso debe ser la justicia quien tome las medidas necesarias para encontrarlo y toda queja al respecto me parece que deberian manifesatrla a la justicia no a los familiares. la madre no tiene la culpa de lo que haya hecho el hijo, pero si todos nosotros somos culpables de la ineficiencia de la justicia.
No sabemos nada de tal manifestación.
John Galt dijo…
gracias por la respuesta